La última noche de Sandra M.
15 de diciembre de 2023 en cines
Dirigida por Borja de la Vega
Guión Borja de la Vega
Reparto Claudia Traisac, Georgina Amorós, Nuria Prims, Nicolás Illoro, Pep Ambrós, Beatriz Arjona, Olaya Caldera, Rafa Castejón, Ramón Pujol y Bruno Sevilla
Por qué hay que verla
Fue una de las actrices españolas más prometedoras de finales de la década de 1970. Beatriz (1976) para Gonzalo Suárez, Call-Girl (Vida privada para una señorita bien) (1976) para Eugenio Martín, o el episodio de la serie Curro Jiménez titulado El retorno al hogar (1977) dirigido por Joaquín Romero Marchent, son algunos de los trabajos más conocidos de esta joven estrella que murió tras precipitarse por el balcón de su apartamento en Madrid un 14 de septiembre de 1977 con tan sólo 18 años.
Sobre su muerte se ha especulado mucho. Algunos hablan de suicidio, otros de accidente y otros de asesinato. ¿Quién mató a Sandra Mozarowsky? parece ser la pregunta. La escritora Clara Usón publicó hace un par de años El asesino tímido (Seix Barral), novela ambientada en la España de la Transición que se inspira en la oscura muerte de esta actriz del cine del destape, hija de un diplomático ruso y relacionada con las más altas esferas.
Y ahora nos llega La última noche de Sandra M., segundo largometraje de Borja de la Vega, que fue presentado mundialmente en la sección ZonaZine del último Festival de Málaga, y que narra las horas previas a su muerte.
Claudia Traisac (Escobar: Paríso perdido. 2014) es Sandra, de 18 años, actriz en la España de la Transición, en un momento en el que ser joven y guapa te relega irremediablemente a hacer cine llamado del destape. Pero ella aspira a ser una actriz seria, importante, y sabe que para ello tiene un duro camino por delante. Durante una calurosa tarde de agosto, sola y angustiada por un embarazo no deseado, intenta decidir su futuro, entre improbables planes de viaje y sus aspiraciones a gran actriz. Entrevistas con la prensa del corazón se intercalan con visitas inesperadas, algunas tan consoladoras como la de su mejor amiga, y otras que traen veladas amenazas. Sandra espera que él la llame, que le diga que pueden tener a su hijo y un futuro juntos. La noche avanza y la realidad no puede ser más diferente. Sandra cada vez está más confundida por las presiones, las pastillas y el alcohol. En ese piso, las salidas son pocas y ella sólo quiere salir a la terraza y respirar el aire de la noche…