El chico y la Garza (Kimitachi wa dô ikiru ka)

La decimotercera película del japonés Hayao Miyazaki se centra en un niño que viaja a un mundo mágico subterráneo para salvar a su familia. Siete años después de que el legendario autor anunciara que retrasaba su retiro largamente planeado, se estrena por film este último trabajo. 

A pesar de que la película se estrenó en Japón en julio, la cinta no ha tenido promoción alguna, lo que está provocando mucha intriga entre los admiradores del realizador. En las 14 imágenes publicadas, vemos a una garza gravemente herida, un niño hablando con un hombre con patas de pájaro y una mujer que dirige un hogar de ancianos. Las imágenes también brindan un primer vistazo a varios de los personajes, así como a una multitud de espíritus y al rey pájaro que blande una espada. Se trata de la primera película como director de Miyazaki en una década, concretamente desde El viento se levanta (2013), y se inspira en la historia del mismo nombre de Yoshino Genzaburo publicada en 1937. 

Miyazaki no se ha limitado a adaptar directamente la novela sino que, mezclados con la trama, hay detalles de la propia juventud del director. 

El inicio de la película está influido también por los recuerdos del cineasta mientras huía de los bombardeos con su familia cuando tenía cuatro años. La mezcla de realidad y ficción fomenta la especulación sobre la relación entre los personajes y las personas reales. 

Ambientada durante la Segunda Guerra Mundial, Mahito Maki es un niño de 12 años que es trasladado al campo después de la muerte de su madre. Viviendo en el pueblo de su nueva madrastra, Mahito se encuentra con una misteriosa garza gris que lo lleva a un mundo mágico subterráneo con la promesa de salvar a su familia. La película muestra cómo las aventuras de Mahito en otro mundo conducen a descubrimientos sobre su relación con su familia y con el mundo. Así, Miyazaki, nacido en 1941, une sus propios recuerdos de la infancia con la novela de 1937 ambientada en 1939.

Miyazaki, reconocido como un gran creador de mundos, también es un lector voraz de historias que luego adapta libremente. Ponyo en el acantilado (2008) está inspirado en La Sirenita de Hans Christian Andersen, mientras que el guion de Cuentos de Terramar (2006), basada en una idea suya, combina la serie Earthsea, de Ursula K. Le Guin, con su propio manga Shuna no tabi (traducido en 2022 por Alex Dudok de Wit como Shuna’s Journey). Conocido por los colores vivos de sus animaciones y las representaciones idílicas de los paisajes, todavía sus películas se dibujan a mano cuadro a cuadro.  

El niño y la garza ya se está proyectando en los cines de Japón y ha inaugurado el Festival Internacional de Cine de Toronto y el Festival de San Sebastián antes de presentarse en los cines de todo el mundo.

La  primera proyección internacional se realizó en Toronto el 7 de septiembre,  una rara apertura para el certamen canadiense. 

Mensaje de Miyazaki

En mayo de 2017, Studio Ghibli envió un comunicado que decía: “dada su edad, es probable que su próxima película realmente sea la última”. Miyazaki, que ha absorbido innumerables historias a lo largo de su vida, define la literatura infantil como relatos en los que es posible rehacer las cosas y mejorarlas. Escribe que los libros para niños enseñan que aunque algo no salga bien, mejorará con un segundo intento, y que es bueno estar vivo. El realizador japonés quiere mostrar a través de sus películas que, aunque la realidad sea oscura, hay motivos para seguir adelante. 

Ganador del Oscar por El viaje de Chihiro (2002), Miyazaki recibió otro honorario en 2014 convirtiéndose en el director de animación más reconocido del momento.