No está demostrado, pero todo apunta a que Noël Coward plagió descaradamente a Enrique Jardiel Poncela y su obra Un marido de ida y vuelta. Un espíritu burlón se estrenó en 1941, dos años después de la del español. Ya puestos, se podría decir que Andrew S. Karsch, sobre todo productor de éxito, leyó una o las dos obras y luego creó Llamada a escena (Curtain Call) (1998), comedia sobre una pareja, una nueva casa y los espíritus burlones que habitan en ella.
Ellos son nada menos que Michael Caine y Maggie Smith, interpretando a un matrimonio de artistas de Broadway de la década de 1920 que siguen en este mundo discutiendo como si estuvieran en una alta comedia de Noël Coward. La casa, antigua, grande y elegante, la compra Stevenson Lowe, un editor interpretado por James Spader cuando estaba a punto de abandonar su estatus del chico de moda en Hollywood. El actor había encadenado, entre otros, éxitos como La chica de rosa (1986), Golpe al sueño americano (1987), Sexo, mentiras y cintas de video (1989), Malas influencias (1990) y Crash (1996) y tocaba pasar el relevo a otros. Después de Llamada a escena todo fue cuesta abajo, hasta que le rescató la televisión con Boston Legal y con Blacklist.
Da igual porque al pobre Spader se lo comen vivo los muy pícaros de Caine y Smith. La película es de esta pareja de lujo, alta comedia en estado puro donde ambos actúan como si estuvieran en el London Coliseum representando Vidas privadas.
También sale el recordado Sam Shepard interpretando a un seductor senador que le tira los tejos a la novia de Stevenson. Dirige el inglés Peter Yates (1929-2011), un cineasta que saltó al ruedo con Bullitt (1968) y luego hizo de todo, desde Abismo (1977) hasta La sombra del actor (1983), pasando por El relevo (1979), Un hombre inocente (1989) y Sospechoso (1987). Estuvo nominado al Oscar como director en dos ocasiones y Llamada a escena fue su última película.
Llamada a escena se puede ver en Filmin