Los tiempos han cambiado y Guy Ritchie estrena su nueva película, rodada en España, en Prime Video

Después de la comedia de acción Operación Fortune: El gran engaño (2023), el director inglés Guy Ritchie ha decidido no perder el tiempo y ya tiene nueva película (segunda que estrena en lo que llevamos de año). Se trata del drama bélico de acción The Covenant, con Jake Gyllenhaal en el papel de un sargento norteamericano de misión en Afganistán. Estamos en 2018, uno de los años más trágicos del país por el número de víctimas civiles, el mayor de la década. Los Talibán siembran el terror, hay asesinatos y mutilaciones. John Kinley, el sargento protagonista, dirige un pelotón en busca de explosivos y armas de los enemigos.

Y para eso, ir de pueblo en pueblo registrando las casas sospechosas, necesitan un intérprete que hable y explique a los afganos de qué va todo. 

The Covenant trata sobre esa figura clave que pasará a ser un traidor y como tal, objetivo de los Talibán. Un homenaje a esos hombres que, como nos dice la película, muchos de ellos (más de 300) fueron asesinados por colaborar con los americanos y miles de ellos se escondieron… y así siguen, escondidos.

La película se podía haber titulado “El Intérprete”, porque toda la parte central de la trama tiene como protagonista a Ahmed, el hombre elegido para acompañar y traducir a Kinley lo que dicen los afganos. “Soy un hombre de mundo”, dice el personaje, interpretado por el actor iraquí Dar Salim, conocido por sus personajes secundarios en Exodus: Dioses y reyes (2014) y en la serie Juego de Tronos.

También se podía haber titulado “Los únicos supervivientes”, recordando la excelente película de Peter Berg con Mark Wahlberg como un militar en apuros tras intentar atrapar a un líder Talibán.

Jake Gyllenhaal, en la emocionante parte final de la película, en el embalse de Amadorio, en Alicante

El único superviviente (2013) estaba basada en hechos reales ocurridos en Afganistán en 2005, lo que cuenta The Covenant no, pero muy bien podía haber ocurrido.

Ahmed se hace con la película en toda la parte central porque es cuando salva al sargento de morir en manos de los Talibán. Luego, pasamos a una especie de revisión de The Killing Fields (Los gritos del silencio) (1984), pero sin la música de Mike Oldfield (aunque la canción Truth, de Alex Ebert, no está nada mal). Kinley sabe que Ahmed “está en un agujero en el que le hemos metido nosotros”, por eso vuelve. 

La parte final, rodada en el embalse de Amadorio, una presa situada entre las localidades de Villajoyosa y Orcheta, en Alicante, reserva natural muy popular entre senderistas y ciclistas, es como si nos trasladaran de pronto y sin avisar a una película de J. Lee Thompson basada en una novela de Alistair MacLean (aunque ahora que lo pienso, la presa salía en Fuerza 10 de Navarone, la secuela de Los cañones de Navarone que dirigió en 1978 el gran Guy Hamilton).

El embalse de Amadorio, en Alicante, que se construyó en 1957
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