“¡Está totalmente loco!”, grita uno de los chicos protagonistas cuando ve a su vecino haciendo de las suyas. El anciano se llama Harold Grainey, vive en una casa con jardín y sótano en Kentucky y desde la ventana de enfrente al otro lado de la calle dos amigos adolescentes, Ethan y Sean, se pasan las horas vigilándole. Ya se sabe, cuando te aburres, lo mejor es espiar al vecino. Harold baja muy a menudo al sótano y allí pasa mucho más tiempo de lo normal y, como los chicos han visto muchas películas de miedo, eso les llama la atención. En los sótanos de las películas americanas siempre pasan cosas y nunca buenas. Aunque estos dos no se asustan fácilmente. Son retorcidos y hasta malas personas, y lo tienen todo muy bien organizado: han puesto cámaras escondidas en la casa del viejo (como en Sliver, la novela de Ira Levin), así que el control es total. El perverso juego que han ideado consiste en provocar interferencias y alteraciones, simular fenómenos paranormales (pueden abrir y cerrar ventanas y mover cosas por control remoto) para que el viejo gruñón se vuelva loco.
Todo esto lo vemos en The Good Neighbor (Alguien está vigilándote) (2016), la mejor película protagonizada por James Caan en sus últimos años. El inolvidable Sonny Corleone de The Godfather (El Padrino) (1972) y el escritor accidentado y acosado Paul Sheldon de Misery (1990) interpreta a Harold Grainey con todos los matices y la profundidad que requiere un personaje con mucho a sus espaldas, muchas cicatrices en el alma y un mundo interior demasiado profundo. Este hombre nada en las tinieblas y ahí hay que tener mucho cuidado.
La fórmula es muy sencilla: unos trazos de The Blair Witch Project (El proyecto de la Bruja de Blair) (1999) por aquello de que todo está registrado por las cámaras a modo de documental casero. Algo de Don’t Breathe (No respires) (2016), por eso de jóvenes engreídos frente a viejo con malas pulgas que les pone en su sitio. Y un montón de homenajes al cine de terror por parte del director Kasra Farahani, que debuta en el largometraje y no se corta a la hora de salpicar su película con guiños a The Shining (El resplandor) (1980), Poltergeist (1982) y a todos los clásicos cuyos carteles tiene el chico protagonista colgados en su habitación: Night of the Living Dead (La noche de los muertos vivientes) (1968), Plan 9 from Outer Space (Vampiros del espacio) (1959), White Zombie (La legión de los hombres sin alma) (1932), Attack of the 50 Foot Woman (El ataque de la mujer de 50 pies) (1958) y Reefer Madness (1936).
El guion original de Mark Bianculli y Jeff Richard es pura serie B y si se hubiera escrito en la década de 1980 alguien como Fred Walton le hubiera hincado el diente encantado. El director de When a Stranger Calls (Llama un extraño) (1979) ya hizo algo parecido a esto en la TV Movie I Saw What You Did (Una broma peligrosa) (1988), que estaba basada en una novela de Ursula Curtiss ya llevada al cine en 1965 con Joan Crawford en su etapa “vieja gloria afincada en el Grand Guignol”.
James Caan podría ser otra vieja gloria, pero si hubiera aceptado todos los papeles que rechazó, ahora estaríamos hablando de un mito del cine. Dijo no, entre otros, al personaje de Trapper John en M.A.S.H. (1970), a Roy Neary en Close Encounters of the Third Kind (Encuentros en la tercera fase) (1977), a R.P. McMurphy en One Flew Over the Cuckoo’s Nest (Alguien voló sobre el nido del cuco) (1975), a Oliver Barrett en Love Story (1970), a Superman (1978), a Ted Kramer en Kramer contra Kramer (1979) y a «Popeye» Doyle en The French Connection (1971). Caan murió el pasado Julio a los 82 años y después de Alguien está vigilándote rodó nueve películas.
Alguien está vigilándote se puede ver en Movistar +