Lo que no cuenta el documental Faye

Se ha hecho esperar, pero por fin tenemos un documental que repasa la vida y obra de la fascinante estrella Faye Dunaway, hora y media donde la actriz, nacida en Florida en 1941, habla de su infancia, de su padre alcohólico, de lo mucho que estaba unida a su madre, de que siempre quiso ser actriz, de sus inicios en el teatro, de sus dos maridos, de la unión que tiene con su único hijo (al que adoptó en 1980 con pocos meses de edad), de su Oscar por Network (1976) y de lo que supuso para ella intervenir en clásicos que cambiaron la historia del cine como Bonnie & Clyde (1967) o Chinatown (1974).

Faye todavía no ha dormido tras la noche de los Oscar, donde ella ha ganado. Esta foto en la piscina del Hotel Beverly Hills con la actriz antes de irse a dormir está considerada la mejor realizada jamás en Hollywood.

Faye se presentó en el pasado Festival de Cannes, con presencia de la actriz.

Y hay cosas malas en la película que Faye no evita. Sale la famosa entrevista en televisión donde Bette Davis la llama mala persona, habla de Queridísima Mamá (1981) y de lo arrepentida que está de haberla hecho, de su fama de actriz difícil con mal carácter (que ella admite), de su romance con Marcello Mastroianni, casado y sin divorciarse, de sus míticas peleas con Roman Polanski en el rodaje de Chinatown (1974) o esa etapa frustrante en la que quiso llevar a la pantalla la obra teatral Master Class, sobre Maria Callas, que había interpretado en los escenarios.

Pero hay temas que no se tocan. Ahí van unos cuantos.

Ni una palabra para El coloso en llamas (1974), como si hubiera ardido en el olvido.

Ni una palabra de la demanda que le puso a Andrew Lloyd Webber por difamación. Faye fue contratada para sustituir a Glenn Close en el montaje del musical Sunsent Boulevard en Los Angeles. El compositor y creador dijo que la sustituta no había estado a la altura y canceló el espectáculo.

Ni una palabra de las películas que rechazó, porque pudo ser chica Bond en Operación Trueno (1965) y Octopussy (1965), en esta última hubiera estado genial, con perdón a Maud Adams. También Julia (1977), el personaje por el que Vanessa Redgrave ganó el Oscar, y Frances (1982), por la que Jessica Lange recibió una nominación.

Y nada de su rechazo a Alfred Hitchcock, que la quería para interpretar el papel de la estafadora que finalmente hizo Karen Black en La Trama (1976). Faye ni siquiera leyó el guion, tal era su estatus en ese momento.

Faye se puede ver en HBO MAX

Array
To top