Traducido al castellano, el título de esta película de terror irlandesa, Unwelcome, sería “no bienvenido”, aunque si concretamos más, hablaríamos de “molesto”.
El escenario es una casa en el bosque, algo tan habitual en el terror que se ha convertido en todo un subgénero en sí mismo, incluso hay una película que se titula precisamente La cabaña en el bosque (The Cabin in the Woods) (2011), con Chris Hemsworth. ¿Las más terroríficas? Pues es difícil de olvidar la de Km. 666 (Wrong Turn) (2003), aunque la madre de todas ellas sea la de La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre) (1974) y también la de Posesión infernal (The Evil Dead) (1981).
Así que tenemos una casa en la maravillosa campiña irlandesa, aunque lo que hace de esta película una original propuesta es que lo “molesto” o “no bienvenido” no son personas ni animales, aquí no hay osos ni familias de psicópatas, las estrellas de la función son los llamados Redcaps, duendes malévolos y asesinos que tienen la costumbre de empapar sus gorras en la sangre de sus víctimas.
Su origen está en la mitología irlandesa, y en la celta en general, y dicen los más viejos del lugar que habitan en castillos en ruinas. Algo así como una versión oscura y retorcida de los duendes de toda la vida. Jon Wright, el director de la película, que viene del cortometraje y de la televisión, nos avisa: esta no es una historia de duendes porque “cuando rascas un poco la superficie, ves que son desagradables y maliciosos”. Y como muestra, ahí está lo mucho que disfrutan con el detalle de la gorra ensangrentada. Como dice Wright: “hay orgullo y placer en ese acto de violencia, es como un símbolo de violencia desenfrenada”.
En realidad, el director tenía muchas ganas de rodar en Irlanda, de volver a sus raíces. Lo más curioso de todo es que parece ser que los irlandeses odian a los duendes y no pueden soportar esa imagen que se ve en los pubs, el tipo alegre parecido a un gnomo con su sombrero de colores. Hacer justo lo contrario y darle la vuelta a la leyenda le hacía tanta gracia a Wright que se puso manos a la obra.
Jon Wright escribió el guion de la película junto con Mark Stay, con el que ya había colaborado en Robot Overlords (2014), producción que tenía el mismo punto de partida que Unwelcome pero con robots alienígenas, en vez de duendes asesinos, rodeando casas.
Cuenta Wright que todo empezó con una charla entre amigos en plan confesión. El tema de la conversación era lo cobardes que podemos llegar a ser, ellos dos los primeros. “Lo disfrazamos diciendo que somos pacifistas, pero en realidad somos terriblemente cobardes. Estábamos recordando diferentes situaciones en las que habíamos estado en peleas o alrededor de peleas, y lo inútiles que habíamos sido, y luego comenzamos a hablar sobre nuestros hijos. Tengo uno de trece años, y Mark tiene hijos adolescentes, y ambos estuvimos de acuerdo en que, si alguien les amenazase, seríamos violentos; y no solo violentos, sino más violentos que una persona violenta, porque al ser tan inútiles para pelear, probablemente agarraríamos un arma y trataríamos de llevar la confrontación a un final muy rápido y abrupto. Eso nos resultó interesante: ¿hasta qué punto los cobardes pueden ser agresivos? Eso es lo que les preguntamos a los dos personajes principales de la película”.
Esta interesante idea nos lleva a un tema muy querido por el cine y que tiene su película de cabecera: el clásico Perros de paja (Straw Dogs) (1971), de Sam Peckinpah, con Dustin Hoffman como un pacifista profesor que se instala en la campiña inglesa y es acosado por los vecinos del pueblo, desatando toda su rabia y su furia.
Esto mismo le pasa a Jamie, el personaje que interpreta el actor y modelo inglés Douglas Booth en Unwelcome. Conocido por su interpretación de Boy George en la TV Movie Preocupados por el chico (Worried About the Boy) (2010), por la inclasificable Orgullo + Prejuicio + Zombis (Pride and Prejudice and Zombies) (2016) y por ser el poeta Percy Shelley en Mary Shelley (2017), Booth se sumerge de lleno en esta especie de cuento de hadas de los hermanos Grimm para adultos.
Jamie es ese tipo pacífico que “aguanta mucha presión para ajustarse al estereotipo de masculinidad. Al principio se siente muy menospreciado y poco masculino, y reacciona en contra de eso fijando su mente en convertirse en un «macho alfa». Dios le bendiga, lo intenta, pero por mucho que lo haga, no sabe manejar la situación”, comenta el director, que no quiere pasar la oportunidad de puntualizar, a favor de Douglas Booth, que “se necesita mucho coraje para interpretar a un cobarde y Doug, que tiene apariencia de estrella de cine, estaba muy dispuesto a hacerlo. Muchos actores sólo quieren ser superhéroes de Marvel. Jamie se desmorona, y me imagino que en la vida real eso es lo que sucede”.
Claro que cualquiera lo haría si tus contrincantes son extraños y repulsivos duendes sedientos de sangre. Pobre Jamie y pobre Maya, su mujer, interpretada por la también británica Hannah John-Kamen que, en su próxima película, titulada Rachel, encarna a una mujer embaraza acosada por sus extraños vecinos.
Hannah ha estado en películas muy grandes, Star Wars: El despertar de la fuerza (Star Wars: Episode VII. The Force Awakens) (2015), Tomb Raider (2018), Ready Player One (2018), Ant-Man y la Avispa (Ant-Man and the Wasp) (2018) y, cómo no, en la serie Juego de tronos. Eran pequeñas apariciones, pero esta hija de un psicólogo forense nigeriano y una modelo noruega, que se presentó a las pruebas para ser Selina Kyle/Catwoman en The Batman (2021), siempre supo lo que quería hacer y qué tipo de personajes buscaba: “no estoy segura de por qué ha tardado tanto en suceder, pero creo que la gente por fin se identifica con protagonistas femeninas fuertes”.
Jamie y Maya se enfrentan a los pequeños duendes, pero hay un tercer personaje y, con perdón de los dos protagonistas, está interpretado por uno de los grandes: el actor irlandés Colm Meaney, inolvidable en La camioneta (The Van) (1996) y en tantas películas, en Hollywood y en el Reino Unido.
Meaney interpreta al anciano Whelan, un hombre del pueblo que actúa de contraste con el personaje de Douglas Booth.
Jon Wright es un cinéfilo y no oculta sus referentes. El director nombra a David Cronenberg, David Lynch y John Landis. Pero cerca de Unwelcome anda la mítica Gremlins (1984), de Joe Dante, un clásico que le encanta. También está Los ojos del gato (Cat’s Eye) (1985), película de episodios basada en relatos de Stephen King. Uno de esos relatos cuenta la historia de una niña (Drew Barrymore) que encuentra un gnomo en su habitación.
Creando los duendes
Para crear a los duendes se mezclaron técnicas tradicionales con imágenes generadas por ordenador. “La idea era conseguir engañar al cerebro, que el espectador no pueda detectar dónde está el truco”, asegura el director.
Por ejemplo, para poner a los duendes en acción se construyeron diferentes escenarios de doble altura, de modo que un duende es en realidad una persona de tamaño normal con una máscara que pasa por una puerta el doble de alta.
Rick Warden, actor amigo de Jon Wright, interpretó a todos los duendes y fue mucho más allá: desarrolló una historia para cada uno de ellos y les dio diferentes personalidades. “Si realmente prestas atención, verás que todos tienen personalidades diferentes”.