Debutó en el cine en 2021 con Cherry, drama a mayor gloria de Tom Holland. Bridget Jones: Loca por él es su segunda película y ya prepara Nuremberg, historia basada en el libro de Jack El-Hai The Nazi and the Psychiatrist donde también están Russell Crowe, Rami Malek y Richard E. Grant, pesos pesados de la interpretación para narrar los juicios que las fuerzas aliadas llevaron a cabo contra el régimen nazi. También le espera Tuner, con nada menos que Dustin Hoffman de compañero de reparto, en el papel de un meticuloso afinador de pianos que descubre inesperadamente una habilidad para abrir cajas fuertes, cambiando su vida por completo. En televisión le hemos visto en las series The White Lotus y One Day.

Leo Woodall nació en Londres en 1996, viene de una familia de intérpretes y su carrera ya es imparable. En esta nueva entrega de Bridget Jones interpreta a Roxster, guardabosque en el parque de Hampstead Heath que ayuda a rescatar a Bridget y a sus hijos de un incidente en un árbol. El apuesto y simpático Roxster, que además solo tiene 29 años, estudia bioquímica y se ha adjudicado la noble misión de crear un plástico biodegradable. Es lo que podría describirse como un hombre perfecto (y sexy). Además, no duda en empezar un coqueteo con Bridget por el móvil que acabará con algo bastante más… físico.

“Roxster tiene la energía típica del cachorro de labrador. Su curiosidad y ganas de vivir no tienen límites, y cuando le gusta algo, se entrega en cuerpo y alma. Conoce a Bridget y la química es inmediata. Roxster no se hace preguntas, se lanza. Su espontaneidad es parte de su encanto, pero nunca piensa mucho más allá de lo que hará mañana. Digamos que las previsiones a largo plazo no son su punto fuerte”, cuenta el actor. “Es un hombre sin estrés y sin bagaje, mientras que Bridget es un espíritu libre con mucho bagaje con necesidad de agarrarse a algo en este momento de su vida. Le hace falta volver a liberar su espíritu, y Roxster puede ayudarla a hacerlo porque es su forma de vida”.

En cuanto a su relación con Renée Zellweger, Leo se quedó sorprendido por lo fácil que fue trabajar con ella. “Renée hace que todo fluya. No presiona a nadie, nunca te hace sentir que debes impresionarla”. Después de una pausa, añade: “No tiene nada de intimidante, y eso es lo que más intimida”.
El director Michael Morris reconoce que trabajar con Leo Woodall fue un regalo. “Leo se muestra descarado, joven y seguro de sí mismo, es perfecto para el papel. Pero lo que más le gusta es profundizar, ir un poco más allá, y así lo demuestra su interpretación. Hay momentos muy incómodos y sabe ser vulnerable. Se entrega. Además, su energía está a la altura de la de Renée”.