2019 fue el año de Parásitos, 1917, Joker, Le Mans ’66, Dolor y Gloria, Los dos Papas, El Irlandés y Érase una vez en… Hollywood. Todas ellas nominadas al Oscar, todas aplaudidas por crítica y público. Son las películas que reinaron ese año, pero no para Quentin Tarantino.
Al siempre imprevisible y personal cineasta le preguntaron cual es su película favorita de ese año y su contestación fue sorprendente. Pese a que él estrenó ese año Érase una vez en… Hollywood, Tarantino nombró Crawl, una película sobre una chica, un huracán y un cocodrilo. Dirigida por el francés Alexandre Aja para Paramount y protagonizada por Kaya Scodelario, en España se tituló Infierno bajo el agua y el director justifica su elección de esta clara serie B porque es “eficaz y está muy bien hecha”.
Efectivamente, Crawl es una muy entretenida película de una hora 27 minutos, cine de barrio, historia Pulp, una joven intentando rescatar a su padre (Barry Pepper), atrapado en su casa de Florida por culpa de un huracán de categoría 5 y varios cocodrilos que aprovechando la devastación se pasean por el pueblo inundado. Cine de catástrofes y Monster movie muy años 70, rescatado por un cineasta que no es americano pero que ha entendido los códigos desde que Hollywood le llamó tras el éxito de su largometraje Haute Tension (Alta Tensión) (2003).
Crawl es heredera de una lista enorme de películas que se estrenaron en las décadas de 1970 y 1980. Es como si alguien elige Grizzly como mejor película de 1976, Orca como la más destacada de 1977, Piraña de 1978 y Alligator (La bestia bajo el asfalto) de 1980.
Y no es nada descabellado. Tarantino no está loco como no lo están los que aman esas películas. Yo también prefiero Alligator a Toro salvaje, Piraña a El Regreso, Orca a La chica del adiós y Grizzly a Rocky.