El problema que tiene Archie, la miniserie de cuatro capítulos basada en la vida de Cary Grant, es que terminas cogiéndole manía al actor y a Cary Grant no hay que cogerle manía hay que ir a ver sus películas.
Para entender lo que pasa con este biopic hay que escuchar al actor que interpreta a Grant, Jason Isaacs, cuando dice que él lo que hace es meterse en la piel de Archibald Leach, el verdadero nombre de la estrella. «Si el público quiere ver a Grant, que recupere sus películas, que son increíbles».
Así que en la serie no vemos al protagonista de Arsénico por compasión (1944), vemos a un tipo que puede llegar a resultar muy pesado y muy desagradable, sobre todo en su relación con Dyan Cannon, la cuarta de sus cinco esposas. Claro que la serie está basada en el libro de memorias de la propia Dyan titulado Dear Cary: My Life with Cary Grant. En la serie ella sale muy bien parada, él no.
La actriz estuvo casada con Cary Grant de julio de 1965 a marzo de 1968, tuvieron una hija y fue separarse de la estrella y despegar su carrera en el cine. En 1969 recibió una nominación al Oscar como actriz de reparto por Bob, Carol, Ted y Alice, de Paul Mazursky, y en 1978 repitió candidatura por El cielo puede esperar. En la serie queda claro que en su carrera de actriz su marido era un lastre.
Jennifer Grant, que en la serie está interpretada de adolescente por Ellie MacDowall, fue hija única, mimada por su padre y actriz siempre a la sombra de sus famosos progenitores. Jennifer sale, por ejemplo, en Babylon (2022).
Por lo menos en Archie nos enteramos que Cary Grant tuvo una infancia digna de Charles Dickens, que, efectivamente, dijo no a Dr. No (1962) y la posibilidad de convertirse en James Bond, que George Burns y la maravillosa Fay Wray, la chica de King Kong (1933), fueron decisivos en su carrera, aunque fue Mae West quien le dio su primera gran oportunidad en el cine, y que no le debía caer muy bien Danny Kaye. La serie pasa de puntillas por la relación entre Cary Grant y Randolph Scott y las actrices que interpretan a Audrey Hepburn, Grace Kelly y Doris Day no se parecen en nada a las originales.
En cambio, Laura Aikman es igual que Dyan Cannon, a la que siempre recordaremos como la mujer de Michael Caine en la extraordinaria adaptación al cine de la obra de teatro Deathtrap, de Ira Levin.
Archie se puede ver en Filmin
