Los Angeles, Maria Estevez
Cuando Greta Gerwig (Sacramento, California, 1983) se encontraba en la preproducción de Barbie, los ejecutivos de Mattel, propietarios de la marca, le hicieron una incómoda visita. La cineasta les dio pistas de sus referentes para crear el guion: el realismo mágico, el mito religioso, la influencia de ciertos pintores, y referencia a películas como Las zapatillas rojas (1948) y A Vida o muerte (A Matter of Life and Death) (1946), ambas de Michael Powell y Emeric Pressburger. “Creo que en ese momento, todos se dieron cuenta de que nadie había pensado en esto antes y se sorprendieron por mi nivel de pánico, por la saturación del color rosa. Salieron encantados”.
Gerwig cuenta con una de las carreras más fascinantes del Hollywood del siglo XXI. Primero, trajo un nuevo tipo de naturalismo cómico a la actuación cinematográfica, desde sus primeros traspiés en la independiente Hannah Takes the Stairs (2007), hasta una serie de colaboraciones brillantes con su pareja, Noah Baumbach, en títulos como Greenberg (2010), Frances Ha (2012) y Mistress America (2015). Greta coescribió estas dos últimas películas antes de meter una nueva marcha hacia la autoría cinematográfica en 2017, escribiendo y dirigiendo la exquisita comedia sobre la mayoría de edad Lady Bird, y la versión revisionista de 2019 del clásico Mujercitas.
Barbie está coescrita con Baumbach y es el proyecto más grande y convencional de Gerwig. “Nunca he sido parte de algo tan grande, pero me divierte porque los cimientos son los mismos. El hecho de que Barbie sea una marca conocida internacionalmente no le resta al proyecto en mi inversión personal. Siento con este título la misma intimidad que con Lady Bird o Mujercitas«.
La tres veces nominada al Oscar destaca la combinación de emoción y terror que sintió al asumir el reto como coguionista y directora. “Fue aterrador. Creo que hay algo en comenzar desde ese lugar donde todo es posible. Sentí vértigo al empezar a escribir el guion. Me preguntaba: ¿por dónde empiezas? ¿Cuál será la historia? Es muy interesante porque cuanto más siento el desafío, más sé que va a ser un proyecto productivo. Por lo general, ahí es donde están las mejores cosas. Cuando dices: estoy aterrorizada. Cualquier cosa en la que estés pensado: Esto podría acabar con tu carrera. Es lo que debes aceptar”.
La cineasta admite que los ejecutivos de Mattel han sido “socios increíbles” en el proyecto, ofreciéndole un nivel de “confianza y… libertad” que ella considera “increíblemente” raro. “Sea lo que sea que quisiéramos que fuera la película, no intentaron microgestionarla. Estaban completamente a bordo como socios, y eso fue extraordinario”.