¿Había alguna necesidad de volver a Manderley?

“Si tú tienes los huevos para hacer algo así, yo soy lo suficientemente estúpido para seguirte”, le dijo Armie Hammer al director Ben Wheatlety cuando este le contó que estaba preparando una nueva versión de uno de los mitos sagrados de Hollywood: Rebeca (1940) de Alfred Hitchcock según la novela de Daphne Du Maurier, supervisada por David O. Selznick y protagonizada por Laurence Olivier, Joan Fontaine y Judith Anderson. 

En realidad, el cineasta inglés siempre dejó claro que su intención no era hacer una adaptación de la película de Hitchcock, más bien una nueva versión de la novela de Du Maurier. También tenía claro que no quería hacer lo que hizo en 1998 Gus Van Sant con Psicosis (1960), es decir, una copia plano a plano del original. 

El problema es que Armie Hammer fue lo suficientemente estúpido para seguir al director. Rebeca (1940) es casi intocable, tan grande que hay hasta libros sólo dedicados a cómo se hizo, qué se contaron Hitchcock y Selznick y qué pensaban Olivier y Fontaine (nada bueno el uno del otro porque el actor consideraba que el papel de la segunda señora De Winter debía haber sido para su esposa Vivien Leigh).

Las cosas para esta primera Rebeca empezaron mal y terminaron muy bien (Oscar a la mejor película y la inmortalidad), pero las cosas para esta nueva Rebeca empezaron mal y terminaron mucho peor.

Rebeca es la antepenúltima película que hasta la fecha ha rodado Hammer. Crisis (2021), un drama sobre la adicción a los opiáceos, y Muerte en el Nilo (2022), otro clásico revisitado, esta vez la novela de Agatha Christie ya llevada al cine en 1978, fueron las últimas veces que hemos visto al actor en pantalla. Luego llegó la oscuridad, porque saltó el sórdido escándalo sexual que acabó con la carrera del inolvidable Oliver de Call Me by Your Name (2017) (para más información, ahí está House of Hammer, el documental de Max (HBO) sobre el caso).

Contaba Daphne Du Maurier (1907-1989) que consideraba Rebeca como la más afortunada de todas sus novelas y que en realidad nació como resultado de una apuesta que se hizo a sí misma: escribir una novela de intriga sobre la base de un argumento manido, folletinesco y previsible. La escritora ganó la apuesta porque “me salió justo lo que quería”.

Al que no le salió como quería, -o tal vez sí, quién sabe-, es a Wheatley. El director dijo en varias entrevistas que descubrió el cine de Hitchcock a través del cine de Brian de Palma. Bueno, pues parece que no ha aprendido nada de los dos maestros, por lo menos nada que le sirviese para regresar a Manderley. 

Lily James interpreta a la heroína, la segunda señora de Winter, el mismo personaje que le valió una nominación al Oscar a Joan Fontaine. Es mejor ver a esta actriz inglesa siempre a un paso del estrellato en la serie Pam & Tommy, donde está sensacional como Pamela Anderson.

Kristin Scott Thomas, que interpreta el muy agradecido personaje de la siniestra señora Danvers, esa ama de llaves que bordó Judith Anderson en la película de Hitchcock, señaló en su momento que durante el rodaje «no se dio cuenta de lo aterrador» que terminaría siendo su personaje. Nosotros solo podemos decir que mientras veíamos esta película no nos estábamos dando cuenta de lo mala que terminaría siendo.

La nueva adaptación de Rebeca se puede ver en Netflix

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