Fue recibida como la nueva Grace Kelly y de hecho heredó el papel de la mítica estrella en el remake de Crimen Perfecto estrenado en 1998. Ahora Gwyneth Paltrow (septiembre de 1972, Los Angeles) es noticia porque vuelve a las pantallas tras retirarse parcialmente de ellas. Su último estreno en cines es Avengers: Endgame (2019) y, aunque la actriz ganadora del Oscar por Shakespeare in Love (1998) ha participado en varias series de televisión, lo cierto es que no hacía cine desde ese título de superhéroes. Es más, esta es la primera película de Paltrow en diez años si no contamos los films de Marvel Studios.

En Marty Supreme, un vehículo a mayor gloria del imparable Timothée Chalamet, la actriz se convierte en una especie de Anne Bancroft en El graduado (1967), una señora Robinson en toda su acepción. Si Bancroft y Dustin Hoffman se llevaban sólo seis años en la película de Mike Nichols (aunque en la ficción la diferencia de edad era mayor), la actriz y Chalamet se llevan 23 años.

Cuenta la actriz en una entrevista con Vanity Fair que cuando conoció a Timothée Chalamet, con quien iba a filmar varias escenas de sexo, bromeó: «Genial. Tengo 109 años. Tú 14». Además, desconocía esa figura nueva en los rodajes llamada «coordinador de intimidad». En su época eso no existía y no tenía ni idea de lo que era y además consideró que no necesitaba su ayuda. Parece ser que Paltrow le dijo a la mujer contratada: «Chica, soy de la época en la que te desnudas, te metes en la cama y la cámara está encendida». Lo bueno es que Chalamet estuvo de acuerdo, así que le dijeron al coordinador que se mantuviera alejado.

Marty Supreme cuenta la apasionante historia de un buscavidas, Marty Mauser, que descubre su pasión por el tenis de mesa y no para hasta cumplir su sueño de ser uno de los grandes en este deporte, demostrando que nada ni nadie podrá detenerlo. Está basada en hechos reales y con ella Josh Safdie (Diamantes en Bruto, Good Time) se estrena como director en solitario.
30 de enero solo en cines.



