De tres en tres (películas para ver una detrás de otra): Gente que llama a la puerta

Llaman a la puerta se titula la última película estrenada de M. Night Shyamalan y «llaman a la puerta» se podrían titular dos producciones más, recientes y distintas, pero con un punto en común: en las tres, personas extrañas, inquietantes y misteriosas de repente llaman a las puertas de diferentes casas. 

La de Shyamalan se puede ver en Movistar +, la argentina Ecos de un crimen (2022) en Filmin y Dejar el mundo atrás (2023) en Netflix.

En la del director de El sexto sentido, tenemos una cabaña aislada en el campo, una pareja de padres con su hija y cuatro extraños que de pronto llaman a la puerta para obligarles a tomar una terrible decisión.  

En la argentina, dirigida por Cristian Bernard, también tenemos una casa perdida en el bosque al lado de un lago, a un escritor de novelas de suspense con su esposa y su hija y a una mujer que irrumpe en la casa una noche de tormenta y con su presencia, y la terrorífica situación en la que dice encontrarse, provoca pesadillas literales en el protagonista.

En Dejar el mundo atrás volvemos a encontrarnos con una familia, esta vez un matrimonio con dos hijos adolescentes, una casa “en las afueras” y un misterioso hombre y su joven hija que llaman a la puerta una noche cualquiera.

Las visitas en las tres películas son realmente inesperadas. Dave Bautista y Rupert Grint cambian de registro en la película de Shyamalan para resultar inquietantes.

En Dejar el mundo atrás el dos veces premiado con el Oscar, Mahershala Ali, está tan ambiguo como requiere su personaje. Una de las primeras escenas de esta película, con un gigantesco petrolero llamado White Lion que llega del mar para arrasar una playa, consigue lo que se propone: el asombro absoluto. Nos quedamos con ese momento, y con la sombra de Hitchcock sobrevolando toda la historia, con el homenaje continuo a la serie Friends y con Julia Roberts (que fue la estrella invitada de la ya clásica sitcom en el episodio 13 de la segunda temporada emitido en 1996) y Ethan Hawke como matrimonio enfrentado a la situación más extrema.

Ecos de un crimen parece un episodio de la mítica Historias para no dormir. Un solo escenario, un actor llamado Diego Peretti como protagonista y una extraña que se llama Ana (la actriz Carla Quevedo) y que grita “hay que llamar a la policía”. La historia original de Gabriel Korenfeld es una pesadilla dentro de otra pesadilla, un terror circular con continuos homenajes a Hitchcock otra vez (Psicosis, Vértigo) y la sensación de que esta historia adaptada al teatro daría el mismo juego que clásicos de misterio sobre los escenarios como Deathtrap (La trampa de la muerte), de Ira Levin, la adaptación de Stephen Mallatratt de la novela La mujer de negro, y Sleuth (La huella), de Anthony Shaffer. 

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