La gran Elizabeth McGovern (18 de julio de 1961, Illinois, Estados Unidos) se confiesa y asegura que siempre se queda en shock cuando se ve en el espejo porque siente que es exactamente la misma mujer que la que se bajó de un avión con 18 años para estudiar Arte Dramático en la escuela Juilliard de Nueva York.
A Elizabeth le fue bien porque debutó en el cine con la extraordinaria Gente corriente (Ordinary People) (1980), de Robert Redford, y enseguida recibió la llamada de otras dos auténticas leyendas del cine. Su segunda película fue Ragtime (1981) de Milos Forman y se llevó una nominación al Oscar como actriz de reparto. Y a continuación, Sergio Leone tras no llegar a un acuerdo con Brooke Shields, le ofreció el papel de Deborah en Érase una vez en América (Once Upon a Time in America) (1984). En el guion original, el personaje tenía 15 años. Elizabeth McGovern tenía 20 cuando comenzó el rodaje, 21 cuando terminó y 22 cuando se estrenó la película.
No está mal, tres obras maestras con tres genios en apenas cuatro años. Cuenta Christopher Frayling, biógrafo de Leone, que al director le encantó la interpretación de la joven actriz en la película de Forman y que por eso se fue a un pequeño teatro del off-Broadway para verla en directo. Elizabeth recuerda todavía la surrealista situación, con toda la comitiva que acompañaba al legendario cineasta entrando en ese “destartalado y diminuto teatro que estaba encima de un hotel para ver la primera obra que estrenaba la compañía Second Stage. La obra estaba escrita por una muchacha llamada Wendy Kestlemann y estaba ligeramente basada en el mismo suceso que había inspirado Las criadas de Genet, la historia de esas dos hermanas que cometieron ese atroz asesinato. Para entrar en el teatro tenías que subir en un pequeño y desvencijado ascensor, y el momento más emocionante de toda mi vida fue cuando todos aquellos fornidos italianos, creo que también iba Robert De Niro, salieron de él para ver aquella obra”. Aunque De Niro no estaba del todo de acuerdo, McGovern no era de Nueva York y él quería que todo el reparto fuera natural de la ciudad, al final la actriz fue elegida. En 1984, Leone ya estaba entusiasmado con McGovern y en Cahiers du Cinema dijo que la actriz era muy buena: “¡actuar como lo hizo, a los 21 años, en la escena del maquillaje donde se suponía que tenía 50! Mi modelo para esa escena era una mujer italiana como la actriz Valentina Cortese, que siempre es joven”.
Elizabeth cumple ahora 63 años, vive en Inglaterra porque está casada con el cineasta británico Simon Curtis y es famosa entre las nuevas generaciones por su papel de Cora Crawley en la serie, y películas, de Downton Abbey. Está espléndida y lo tiene claro: “Hasta donde puedo ver, las mujeres que se hacen estiramientos faciales no parecen más jóvenes, sólo más raras. Las ves en la pantalla con esas caritas de porcelana apretadas; luego la mano se acerca a la cara y parece que pertenece a un extraterrestre. Lo encuentro realmente extraño”.