El Oscar que pudo no haber sido

Hemos sabido que Adrien Brody no fue la primera opción para interpretar al arquitecto László Tóth en The Brutalist. Con el primero que habló Brady Corbet fue con Joel Edgerton. El actor australiano fue la inicial opción del director, pero pasó el tiempo, el proyecto se fue retrasando, ocurrieron muchas cosas y entró en escena Brody.

Este personaje podría darle al actor su segundo Oscar y no será la primera vez que un intérprete gana el premio por un papel que le llegó de rebote.

Paul Bettany fue la primera opción para interpretar al Rey Jorge VI, y de paso ganar el Oscar, en El discurso del Rey (2010). El propio actor nos los cuenta: “Fue un honor enterarme que El discurso del rey se había escrito pensando en mí. Pero la rechacé para poder pasar más tiempo con mi familia. Creo que me arrepentiría mucho más de ver a mis hijos dentro de unos años y pensar que no soy yo el que les ha criado, que rechazar algún papel, aunque resultara un tremendo éxito. Además, ¿quién dice que yo lo hubiera hecho tan bien como Colin Firth?”. 

Con La La Land (201&) las cosas podían haber sido muy distintas si Emma Watson hubiera podido aceptar la película. El caso es que la actriz la tuvo que rechazar por conflictos de agenda con el plan de rodaje de La bella y la bestia (2017). Otra Emma, Stone, la sustituyó y ganó su primer Oscar. Curiosamente, Ryan Gosling dejó pasar el papel de la Bestia para ser el protagonista masculino del musical.

Viendo la magistral interpretación de Marion Cotillard como Édith Piaf en La vida en rosa (2007) uno puede pensar que no había otra opción para ser la protagonista, pero lo cierto es que los productores querían a Audrey Tautou. El director Olivier Dahan puso el nombre de Marion Cotillard sobre la mesa, incluso rebajó el presupuesto de la película para conseguirla. El resultado es una de las mejores interpretaciones de la historia del cine. Cotillard es uno de los seis intérpretes que han ganado un Oscar por un papel hablado principalmente en un idioma distinto del inglés. Sophia Loren, Robert De Niro, Benicio Del Toro, Roberto Benigni y Christoph Waltz son los otros cinco.


¿Qué hubiera pasado si Sandra Bullock hubiera interpretado a la boxeadora de Million Dollar Baby (2004)? No lo sabemos, pero lo cierto es que la actriz estuvo ligada al proyecto cuando este estaba en sus inicios. En ese momento ella quería contratar a Shekhar Kapur como director, pero todo se fue al traste cuando se comprometió con Miss Agente Especial 2: Armada y fabulosa (2005) y abandonó el proyecto, que pasó a las manos de Clint Eastwood. El cineasta contrató a Hilary Swank y la joven ganó su segundo Oscar.

Antes de que la excelente Training Day (2001) terminara en manos de Denzel Washington y Ethan Hawke, con Oscar para el primero y nominación para el segundo, el proyecto estaba destinado para Samuel L. Jackson y Matt Damon. Cuando Washington aceptó el papel del sargento detective Alonzo Harris, todo cambió y entraron en escena el director Antoine Fuqua y Hawke.

Shakespeare in Love (1998) recorrió un camino complicado antes de llegar a los cines y de que Gwyneth Paltrow ganara el Oscar. Seis años antes de que esto ocurriera, Julia Roberts era la actriz que querían los productores para interpretar a Viola De Lesseps. Incluso ella viajó al Reino Unido para intentar convencer a Daniel Day-Lewis de que aceptara el papel de Shakespeare. Este estaba ya comprometido con En el nombre del padre (1993) y tanto Roberts como Universal Studios perdieron interés en el proyecto.

John Travolta todavía comenta compungido que rechazar el papel protagonista de Forrest Gump (1994) fue uno de los mayores errores de su carrera. Tom Hanks ganó el Oscar, aunque lo cierto es que ninguno de los dos era el actor idóneo para el personaje (ni Bill Paxton, una de las primeras opciones de Robert Zemeckis). El autor de la novela original, Winston Groom, siempre había imaginado a John Goodman como Gump, que es un hombre de 136 kg.

Cuando se publicó la novela El silencio de los corderos, muchos quisieron comprar los derechos para llevarla al cine. El que se llevó el gato al agua fue Gene Hackman, que se hizo con la historia con la intención de interpretar él mismo a Hannibal Lecter. Pero algo pasó por su cabeza y decidió que estaba harto de hacer historias violentas. Cuando el proyecto volvió a ponerse en marcha con Jonathan Demme como director, este llamó a su amiga Michelle Pfeiffer para ofrecerla el papel de Clarice Starling, la agente del FBI que Thomas Harris describe en la novela con rasgos muy parecidos a la actriz. Pero Pfeiffer consideró la historia demasiado oscura y deprimente. Entonces apareció Jodie Foster, que deseaba ese papel con todas sus fuerzas. Anthony Hopkins y Foster ganaron el Oscar.

Como pasa con La vida en rosa y Marion Cotillard, es imposible imaginarse ahora a una actriz que no sea Kathy Bates en el papel de la fan fatal Annie Wilkes en Misery (1990), por la que se llevó un merecidísimo Oscar. Pues bien, Bates era una desconocida y los productores le ofrecieron antes el personaje a Anjelica Huston y, de hecho, la actriz estaba interesada en el proyecto, pero prefirió hacer Los timadores (1990). Huston fue candidata al Oscar el mismo año que ganó Bates.

Los productores no querían a Jodie Foster en Acusados (1988). No la consideraban lo suficientemente sexy como para recrear los acontecimientos que vemos en la película, cuando ella baila seductora en el bar. La actriz ha reconocido que los ejecutivos de Paramount se negaron incluso a dejarla hacer una prueba. «Había estado cinco años en la universidad, y la última vez que me vieron en una película, era una adolescente regordeta». Fue sólo después de que Kelly McGillis -en aquel entonces una estrella muy solicitada debido al enorme éxito de Top Gun (1986)- firmara para interpretar a la abogada cuando se replantearon la opción de Foster y descartaron a las otras candidatas: Kim Basinger, Demi Moore, Meg Ryan y Meg Tilly. La actriz ganó el primero de sus dos Oscar.

La fuerza del cariño (1983) fue buena para todos los que la hicieron, sobre todo Shirley MacLaine y Jack Nicholson, que ganaron el Oscar. Pero la novela de Larry McMurtry era una pieza muy codiciada en Hollywood y durante un tiempo se habló de Jennifer Jones para interpretar a Aurora Greenway. Incluso la madre e hija en la vida real Janet Leigh y Jamie Lee Curtis, fueron consideradas para los dos papeles principales.

Julia (1977) era Vanessa Redgrave, un personaje secundario en la película, cuya protagonista era Jane Fonda en su papel de la escritora Lillian Hellman. En cualquier caso, la que se llevó el Oscar fue Redgrave, aunque ella no había sido la primera opción para esta mujer clave en la trama que además daba título a la película. Otra fascinante actriz, Faye Dunaway, lo había rechazado antes.

Uno de los personajes más tremendos e inquietantes de la historia del cine es el de la enfermera Ratched de Alguien voló sobre el nido del cuco (1975) por la que Louise Fletcher se llevó el Oscar. Resulta increíble pensar que semejante bombón lo rechazaran Anne Bancroft, Ellen Burstyn, Faye Dunaway, Jane Fonda, Audrey Hepburn, Angela Lansbury, Jeanne Moreau, Shirley MacLaine y Geraldine Page. Los derechos de la novela de Ken Kesey los tenía Kirk Douglas y pensaba protagonizarla, pero cuando se pudo por fin hacer la película era demasiado mayor para el papel. Jack Nicholson ganó el Oscar, un premio que Douglas nunca consiguió en competición.

¿Alguien diferente a Julie Andrews volando como Mary Poppins? Pues sí, porque en la turbulenta historia de cómo se hizo esta película clásica, recogida en Al encuentro de Mr. Banks (2013), encontramos que la primera actriz en la que pensaron los de la casa dirigida por Walt Disney fue Bette Davis. La edad del personaje coincidía con la de la actriz, pero lo de cantar y bailar ya no estaba tan claro. Pero antes de todo esto, la escritora P.L. Travers se puso en contacto con Audrey Hepburn para que protagonizara una posible serie de televisión basada en sus novelas. «Estoy con el corazón en un puño, pues significa muchísimo para mí». El proyecto no salió. La desconocida en el cine Julie Andrews cautivó a Walt Disney, se hizo con el papel y ganó el Oscar.

Array
To top