El exorcista: los pasos de una sesión infernal

(from left) Victor Fielding (Leslie Odom, Jr., background) and Angela Fielding (Lidya Jewett) with additional cast members in The Exorcist: Believer, directed by David Gordon Green.

Con el fin de llevar a los espectadores al corazón de las tinieblas, el director David Gordon Green y el diseñador de maquillaje de efectos especiales Christopher Nelson, ganador de dos Oscar, desmenuzaron la película para que las chicas poseídas pasaran por cuatro niveles de maquillaje según el grado de posesión. Sin embargo, solo se quedaron con tres. Según Green, “de pícaro a desagradable a malévolo. El grado 4 decidimos que no lo rodaríamos. Vimos a las chicas maquilladas y pensamos que no, no podíamos hacerlo”. Aun así, las dos jóvenes actrices tenían sesiones de maquillaje de más de dos horas.

El grado 1, “Pícaro”, se limita a dar la sensación de que algo raro pasa con las chicas. “Es extraño, no encaja del todo”, explica el director. “Tienen los ojos enrojecidos, están muy pálidas, hay algunos rasguños, las entradas en la cabeza parecen haber crecido”.

El grado 2, “Desagradable”, implica más violencia. “Se cortan, se arañan seriamente, se arrancan el pelo creando pequeñas infecciones. Las marcas físicas empiezan a ser desagradables”, sigue diciendo Green.

El grado 3, “Malévolo”, es el último. “Cuando la película llega a su apogeo, los dos personajes llevan tiempo sin lavarse y sin comer algo sano, además de tener ataques de ira de forma regular”, explica. “La frustración física es extrema y se hace patente, por lo que usamos prótesis y un maquillaje muy intenso para crear algo horrendo”.

Lo mejor para Olivia O’Neill, a la hora de encarnar a Katherine en el grado 3, era encontrar momentos con su compañera Lidya Jewett que podrían ser el perfecto ejemplo de la calma antes de la tormenta. “Lidya y yo trabajábamos juntas. Estábamos sentadas en las sillas, dándonos la espalda, y nos inventábamos cosas diferentes. Nunca hacíamos exactamente lo mismo en las tomas, sobre todo en el grado 3. Me encantó esa parte porque era como el grado 1, pero a tope de esteroides”.

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