El caso de los episodios desaparecidos 

Estamos en 1887 y Sherlock Holmes se aburre. Un año después van a llegar los crímenes de Jack El Destripador y con ellos el fin del tedio, como nos contó muy bien Asesinato por decreto (Murder By Decree) (1979). De hecho, Billy Wilder (1906-2002) ideó un final donde el inspector Lestrade pide ayuda a Holmes para localizar a Jack el Destripador. 

Pero en el momento en que arranca La vida privada de Sherlock Holmes (The Private Life of Sherlock Holmes) (1970), el detective pasa las horas muertas en su residencia del 221 de la calle Baker Street. Entonces alguien le invita al teatro a ver al Ballet Imperial Ruso y allí la estrella de la compañía, Madame Petrova, le hace una propuesta sorprendente. Esta diva está interpretada por Tamara Toumanova (1919-1996), más conocida como «La Perla Negra del Ballet Ruso». Su vida es apasionante: nació en un tren mientras su madre huía de Rusia, las dos vivieron en campos de refugiados en Rusia, Shanghái y El Cairo antes de establecerse en París. Allí estudió ballet y se convirtió en bailarina profesional. Actuó con varias compañías y en 1932 se unió a los Ballets Russes de Monte Carlo de George Balanchine y, a partir de entonces, triunfó durante los siguientes 40 años. Debutó en Broadway en 1939 y en el cine en 1944 con el drama bélico Days of Glory, junto a Gregory Peck. Ese mismo año, Tamara se casó con el productor de la película, Casey Robinson. Luego solo rodó cinco producciones más, entre ellas Invitation to the Dance (invitación a la danza) (1956), de Gene Kelly, y Torn Curtain (Cortina Rasgada) (1966), de Alfred Hitchcock.

Madame Petrova

Tamara interpreta a Madame Petrova como si hubiera estudiado una y otra vez a Greta Garbo haciendo de Grusinskaya en Grand Hotel (1932), sobre todo cuando le dice a Holmes que de todos sus casos el que prefiere es ese del perro de Baskerville. El encuentro entre detective y diva está inspirado en un incidente de la vida real. George Bernard Shaw fue abordado una vez por la famosa bailarina Isadora Duncan, quien le dijo que, si tenían un hijo juntos, tendría “mi belleza y tu cerebro”; Shaw la rechazó rápidamente: “Ah, sí, querida, pero ¿y si tiene mi belleza y tu cerebro?”. En esta película, Sherlock Holmes usa un método bastante diferente para desanimar a la dama.

Luego pasan muchas más cosas, y más pasarían si la película no se hubiera mutilado sin contemplaciones, eliminando fragmentos enteros. Se lo cuenta Billy Wilder a Cameron Crowe en el magnífico libro entrevista Conversaciones con Billy Wilder (Alianza Editorial): “Me fui a París a rodar una película allí y le dije al montador -la decisión final dependía de mí-: confío en ti, ya sabes lo que me gusta. Corta esto, corta aquello. Cuando regresé era un desastre absoluto, el montaje que había hecho. Había eliminado todo el prólogo, había eliminado media secuencia. Se me saltaban las lágrimas al verlo. Y, de algunas de las cosas cortadas, desaparecieron los negativos. No hemos podido encontrarlos”. 

Un preestreno desastroso

Lo que ocurrió realmente es que, con un guion de 260 páginas y un presupuesto de 10 millones de dólares, esta iba a ser una película “grande”, de esas que duran casi tres horas y necesitan un intermedio. Tras un rodaje de seis meses, el primer montaje presentó tres horas y veinte minutos divididos en una serie de episodios cada uno con un título y un tema particular. La secuencia de apertura introducía al nieto de Watson en Londres y apuntaba un recuerdo de los días de Holmes en Oxford para explicar su desconfianza hacia las mujeres. Todo eso se eliminó. United Artists había sufrido varios fracasos importantes en 1969 y el proyecto de Wilder pagó los platos rotos. Los ejecutivos del estudio ordenaron que se cortara la película para llegar a las dos horas y cinco minutos. Y como estaba estructurada en episodios, la tarea resultó relativamente fácil. Así quedó fuera la secuencia de apertura, el flashback de Oxford y dos episodios completos: «The Dreadful Business of the Naked Honeymooners» y «The Curious Case of the Upside Down Room”. No hubo final feliz. El preestreno fue un desastre y Wilder se desentendió de todo. “La única vez que abandoné una película”. 

Wilder estaba ya al final de su carrera, solo rodaría cuatro películas más y, pese al percance con el montaje, siempre consideró que esta era la película más elegante que había hecho porque, apuntaba, “yo no ruedo películas elegantes. Vincente Minnelli, él sí que hacía películas elegantes”.

Gabrielle Valladon

Tras el encuentro con Madame Petrova, Holmes conoce a la misteriosa Gabrielle Valladon, una bella joven que se presenta en el 221 de Baker Street sin recordar quién es y cómo ha llegado allí. Este personaje lo interpreta la actriz francesa Geneviève Page (1927), testigo con vida de ese rodaje a sus 95 años. Geneviève fue Doña Urraca en El Cid (1961) y Madame Anais en Belle de Jour (1967), aunque donde brilló de verdad fue en el teatro, donde tuvo una distinguida y premiada carrera.

Gabrielle Valladon es como “un enigma cargado de inspiración”, una mujer sin pasado que llega en carruaje y que hace exclamar a Holmes: “¡Nunca hemos tenido un caso como este!”. Se nota que Wilder tenía ganas de encontrarse con Sherlock Holmes, un deseo que empezó a coger forma en 1957, cuando el director estaba en Londres rodando Witness for the Prosecution (Testigo de cargo). En ese momento habló con los herederos de Sir Arthur Conan Doyle para montar un musical en Broadway protagonizado por Rex Harrison.

Tan entusiasmado estaba el director con el proyecto, que la historia nos lleva a Escocia para encontrarnos con el monstruo del lago Ness. Dos leyendas juntas, que dieron muchos problemas. En un ensayo, el animatronic del monstruo se hundió y nunca se recuperó. Geneviève Page lo recuerda: «Cuando perdimos a nuestro monstruo, él (Wilder) no estaba demasiado preocupado, pese a que también era el productor. Lo sintió más por el hombre que construyó el bicho, porque todo su trabajo se había hundido en el fondo del lago. Recuerdo que se acercó a él y lo consoló2. Cinco años después, Steven Spielberg tendría los mismos problemas en el rodaje de Tiburón (Jaws).

En abril de 2016, durante una inspección por parte de un robot submarino, se localizó al monstruo imaginado y hundido.

Colin Blakely, Christopher Lee y Robert Stephens.

Por su parte, Robert Stephens (1931-1995), que interpreta a Holmes, cansado de la exigente dirección de Wilder y de problemas varios con su esposa Maggie Smith, tomó una sobredosis de pastillas para dormir combinadas con whisky, aunque siempre negó que fuera un verdadero intento de suicidio. Wilder lo recuerda en su charla con Cameron Crowe de otra manera: “Era un hombre maravilloso. Procedía del teatro. Nunca llegué a saber si era homosexual o no. Estaba casado con Maggie Smith. De pronto, durante el rodaje de la película, intentó suicidarse. Tuvimos que esperar a que se recobrase. Era un actor magnífico, un hombre muy afectuoso, muy amable”.

Robert Stephens

Robert Stephens, padre del actor Toby Stephens, el villano Gustav Graves de Die Another Day (Muere otro día) (2002), no fue la primera opción de Wilder. Se habló de Peter O’Toole como Sherlock Holmes y Peter Sellers interpretando al Dr. Watson, pero el director decidió que lo mejor era contratar actores poco conocidos en lugar de estrellas. Así que también quedó fuera Sir Richard Attenborough y entró como el Dr. Watson el actor Colin Blakely (1930-1987) contratado por recomendación de Robert Stephens, ya que ambos habían estrenado The Royal Hunt Of The Sun, de Peter Shaffer, en 1964. En ella, Blakely interpretó a Pizarro y Stephens a Atahuallpa. 

El tercero en discordia es Mycroft Holmes, el hermano listo de Sherlock, un papel pensado primero para Laurence Olivier y luego para George Sanders. Al final Christopher Lee (1922-2015) llegó para quedarse, se hizo con el papel y pudo presumir de un curioso récord en el universo de Sherlock Holmes. Lee es el único, o al menos uno de los pocos actores, que ha interpretado en el cine tanto a Mycroft Holmes como a su hermano detective.

La vida privada de Sherlock Holmes (1970) se puede ver en Filmin

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