David Gordon Green abre la puerta a la posesión demoníaca

Director David Gordon Green on the set of The Exorcist: Believer.

Sin desmerecer de las tres películas de Halloween que ha dirigido una detrás de otra (2018, 2021 y 2022), para David Gordon Green El exorcista: Creyente (2023) ha sido una experiencia como ninguna otra. “La auténtica montaña rusa de esta producción era encontrar luz en la oscuridad, una película que cobraba humanismo a medida que se hacía. Esperamos que los espectadores puedan notarlo cuando la vean”.

El protagonista de la película es Victor Fielding (interpretado por Leslie Odom Jr.), un fotógrafo que no ha superado la muerte de su esposa en un terremoto. Cuando por fin su hija Angela (Lidya Jewett) y él parecen recuperarse, una presencia demoníaca se introduce en la familia, poseyendo a Angela y a su mejor amiga.

El horror de la posesión obligará a Victor, un hombre solitario, a recurrir a otras personas y a pedir ayuda a la mismísima Chris MacNeil (Ellen Burstyn), la madre de Regan, la adolescente poseída en Georgetown muchos años atrás. “La película habla de temas como la unidad y la forma de superar dificultades con el apoyo de la comunidad. La posesión demoníaca nos abre la puerta para explorar posesiones más identificables, como puede ser una lucha interna”, comenta Green, que tiene 48 años y empezó haciendo comedias como Superfumados (Pineapple Express) (2008).

Pero el director va más allá y confiesa que siempre le han interesado y fascinado las religiones. “Cuando veo una película sobre temas religiosos, a menudo me pongo a investigar más en casa. Esta película me ofreció la oportunidad de utilizar varias ideas de posesión y explorarlas a través de diferentes personajes y sus puntos de vista en cuanto a la religión. Siempre busco raíces dramáticas y personajes atractivos, con los que uno pueda identificarse. Busco situaciones en este mundo con las que pueda relacionarme. Es verdad que esta película explora situaciones espectaculares, pero siempre cuidamos que hubiera un realismo suficiente que pudiera explicar o, al menos, hacer entender lo que ocurría”.

La película de 1973 exploraba la posesión demoníaca desde una perspectiva sobre todo católica, esta de ahora incluye diferentes creencias en el intento de salvar a las dos adolescentes. “Mi intención era que la película fuera un diálogo con lo desconocido. Se trataba de mostrar la vulnerabilidad de unos padres cuando un hijo padece una enfermedad inexplicable. Cómo se enfrenta uno a una crisis semejante depende mucho del propio sistema de creencias: una familia de baptistas devotos o una familia que no cree en Dios, una familia que recurre a los médicos con esperanza o con suspicacia… La película planea una conversación entre la ciencia y la espiritualidad”.

Desde un principio, David Gordon Green sabía que la película debía incluir todas las variantes, desde los que tienen mucha Fe hasta los que no la tienen en absoluto. “De pequeño iba a la iglesia cada domingo, pero también era un niño muy pesado que hacía preguntas molestas acerca de la iglesia y acerca de lo que había más allá. Luego conocí otras culturas, otras religiones, y me hice amigo de mucha gente que no creía lo mismo que me habían enseñado a creer de pequeño. Empecé a documentarme para la película con curiosidad, preguntándome cómo se enfrentaban las diversas religiones a la posesión, en qué se diferenciaban los rituales y ceremonias en el mundo demoníaco que íbamos a explorar. Tuve la oportunidad de hablar con académicos, especialistas y representantes de diversas iglesias que, a menudo, me recomendaron leer libros”.

Parte de esa documentación acabó incorporada a la película. Aparte de eso, se contrató a expertos de diversas creencias para que aconsejaran al director, a los productores y a los actores. La misión de salvar a Angela y a su amiga recae en cuatro líderes religiosos: el padre Maddox (E.J. Bonilla), un sacerdote católico; Stuart, el amigo de Victor, un pastor pentecostal (Danny McCarthy); el doctor Beehibe, un experto en plantas (Okwui Okpokwasili), y el pastor baptista Don Revans (Raphael Sbarge).

La coordinadora espiritual Carla Duren se ocupó de la seguridad espiritual del reparto y del equipo técnico, así como de su bienestar mental y emocional. Los rituales en torno al exorcismo y la demonología son variados, fascinantes y a menudo misteriosos.

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