Cuando Peter Ustinov dijo no a Clouseau

Cuando el productor Walter Mirisch preparaba la comedia La pantera rosa (The Pink Panther) (1963) tenía una cosa clara: para el personaje del inepto detective Jacques Clouseau quería a Peter Ustinov, un camaleónico actor inglés de 42 años, con un punto estrafalario, culto y sorprendente imitador de voces que acababa de ganar el Oscar por Espartaco (Spartacus) (1960).

También pensaba que el personaje de su mujer, la atractiva, manipuladora y felina Simone Clouseau era perfecto para Ava Gardner, 41 años, de juerga por España y cada vez menos interesada por el cine y mucho por beberse la vida. “Lo único que tendría que hacer el público sería mirar los increíbles labios de Ava y comprenderían por qué Clouseau se creía todas sus mentiras”, declaró el otro productor de la película, Martin Jurow.

Ustinov aceptó la oferta y a continuación Jurow viajó hasta Madrid para negociar con la diva personalmente y cerrar el contrato. El pobre productor tuvo que acompañar a la actriz en sus noches locas por la capital, juergas de vino y flamenco donde se hablaba de todo menos de La Pantera Rosa, para desesperación de Jurow, que ha contado muy gracioso este periplo en diversas entrevistas. 

Finalmente, Ava pidió una serie de condiciones (cocinero personal, limusina) y el productor aceptó todas menos una: rodar la película en Madrid en vez de en las previstas Francia e Italia. Esto era innegociable, pero las cosas se torcieron definitivamente cuando Ives Saint-Laurent, contratado para diseñar los vestidos que luciría en la película, se negó a mandarle los vestidos para las pruebas a Madrid. La actriz tuvo que viajar a París y ahí estalló todo. Ava formó un monumental escándalo cuando insultó a los paparazzis que la esperaban. Jurow también sufrió, de paso, la ira de la estrella, así que harto de ella la mandó a paseo y la despidió a dos semanas de comenzar el rodaje. Ava presentó una demanda que no prosperó. Ustinov, por su parte, al enterarse que el papel de su esposa lo haría finalmente Capucine, una actriz francesa protegida del productor Charles K. Feldman, y no una gran estrella como Ava, perdió todo interés por el inspector Clouseau. A pocos días de empezar a rodar, Ustinov se largó y se comió una demanda por daños y perjuicios.

No sabemos si esta historia la conocían Nicolas Benamou, Christian Clavier y Jean-Marie Poiré, el famoso trío de celebridades francesas que dirigieron (el primero) y escrito (los dos siguientes) la comedia Misterio en Saint-Tropez (Mystère à Saint-Tropez) (2021), pero lo cierto es que Christian Clavier en su interpretación del insufrible y caótico inspector Jean Boulin nos ofrece una imagen muy clara de lo que habría hecho Peter Ustinov con Clouseau. Está igual físicamente, y uno parece estar viendo a Poirot en plena faena. Ustinov fue el detective belga en varias ocasiones (Muerte en el Nilo, Muerte bajo el sol) y Clavier se transforma en él añadiendo la torpeza y la habilidad para liarlo todo y golpearse con todo de Clouseau, que aquí alcanza momentos realmente surrealistas. Hay un misterio, por supuesto, un escenario de ensueño, un montón de sospechosos, entre ellos una actriz que “es una especie de Jeanne Moreau española” y que interpreta con toda la gracia de diva divina Rossy de Palma, y un final donde Boulin reúne a todos para contarles un par de cosas sobre las amenazas y atentados que está sufriendo su cliente. Exactamente lo que hacían Poirot y Clouseau.

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