Dice Fabienne Dangeville, la madura actriz que interpreta Catherine Deneuve en La Verdad (La Vérité) (2019), que estuvo a punto de trabajar con Alfred Hitchcock. Esta anécdota no tendría mucha importancia si olvidamos el hecho de que efectivamente, Deneuve “estuvo a punto de trabajar con Hitchcock”. Fue en 1979 cuando el cineasta quiso adaptar la novela The Short Night, del escritor canadiense Ronald Kirkbride. Ya se había estrenado La Trama (Family Plot) (1976), que finalmente sería su última película, y Hitchcock quería rodar otra más, pero durante la preproducción su mala salud le impidió seguir con este thriller sobre un espía doble y el agente de la CIA enviado para acabar con él. La historia nos lleva de Londres a Finlandia y Hitchcock tanteó a Walter Matthau, Ed Lauter, Sean Connery, Clint Eastwood y Steve McQueen. Catherine Deneuve y la noruega Liv Ullmann fueron consideradas para el papel principal femenino, la esposa del espía.
En otro momento de La Verdad, vemos que Fabienne tiene en una estantería dos flamantes Cesar. Catheriene Deneuve ha estado nominada 14 veces al premio y lo ha ganado también en dos ocasiones (El último metro en 1980 e Indochina en 1993).
Fabienne se pasa toda la película soltando frases como dardos, sentencias venenosas con las que calla la boca a todos a su alrededor. La legendaria lengua viperina de las estrellas que, además, se portan de forma mezquina con sus hijas. La sombra más que alargada de Lana Turner y Joan Crawford. Fabienne piensa que la profesión ha podido con una actriz cuando esta se entrega a causas humanitarias o políticas. De paso confiesa que “jamás se ha disculpado con un hombre”, que le gusta el cine sólo si está ella en él y que prefiere ser mala madre y mala amiga si eso compensa con ser buena actriz. Y se lo dice a su hija, interpretada por Juliette Binoche, que es actriz frustrada y está casada con Hank, un actor norteamericano que, según ella, es “mejor amante que actor”. Este personaje lo interpreta en permanente estado de confusión Ethan Hawke. Para entender su trabajo, hay que ver la película en versión original, porque Hank no habla francés, pasa unos días con su mujer y su hija pequeña en la casa de campo de su suegra y no se entera de nada de lo que pasa.
Fabienne no es Norma Desmond porque todavía la llaman para el cine. Ahora rueda una película de ciencia ficción de trama algo confusa donde interpreta a la madre de la protagonista. Y no se aprende los diálogos. Prefiere recordar que los grandes mitos del cine tienen las iniciales de sus nombres iguales: Danielle Darrieux, Greta Garbo, Brigitte Bardot, Simone Signoret, Michelle Morgan…
Ella no, se llama Fabienne Dangeville, y Catherine Deneuve tampoco, aunque sí es un mito del cine. “¿Sabe que está prohibido fumar en el hotel?”, le increpó una vez a Deneuve un periodista durante una rueda de prensa. “Si me hubiera limitado a hacer lo que se suponía que debía hacer, a lo mejor usted no estaría hablando conmigo”, contestó ella. Sólo una diva dice no a casarse con James Bond (le ofrecieron el papel de Tracy en 007 al servicio secreto de su Majestad) y sólo una diva consigue que su belleza convierta en inútil el argumento de cualquier película en donde aparezca, como dijo François Truffaut que ocurría con ella.
Catherine Deneuve acaba de cumplir 79 años (el 22 de octubre), estuvo enferma hace tres, ya se ha recuperado y ha vuelto a retomar su carrera en el cine (interpreta a Bernadette Chirac, la mujer de Jacques, en La Tortue, y participa en Funny Birds, la historia de tres generaciones de mujeres de una misma familia que se ven obligadas a aprender a vivir juntas en una pequeña granja de pollos rural en Nueva Jersey). Una carrera la del mito Deneuve que empezó en 1960 precisamente con una película protagonizada por Danielle Darrieux, una de esas estrellas a las que ha terminado superando.