Cameron y Jamie vuelven a la acción… si les deja Glenn Close

Vuelve Cameron Diaz y vuelve Jamie Foxx. La actriz de 52 años estrenó su última película en 2014 y precisamente tenía como compañero de reparto a Foxx, de 57 años. Fue en el musical Annie, triste remake donde heredaban los papeles que inmortalizaron Carol Burnett y Albert Finney en la película de John Huston de 1982, a su vez adaptación del popular espectáculo de Broadway. En realidad, esta es la tercera película en la que coinciden porque ya se vieron en Un domingo cualquiera (1999).

La película que les ha vuelto a unir se titula muy apropiadamente De vuelta a la acción (Back in Action) y lo mejor que se puede decir de ella es que en ningún momento se toma en serio a sí misma. El mensaje es: si tú lo haces es tu problema.

Diaz y Foxx son amigos, se llevan muy bien y eso se nota. Tienen química dentro y fuera de la pantalla (en las entrevistas que han dado juntos para promocionar esta película). Ese buen rollo adquiere un nuevo significado cuando nos enteramos de que Jamie Foxx sufrió un derrame cerebral durante el rodaje en abril de 2023. Un momento crítico que provocó una cirugía de emergencia y una recuperación de meses. El actor tuvo que volver a aprender a caminar y a hablar. Aunque los médicos aventuraron que tenía un 5% de posibilidades de sobrevivir, el ganador del Oscar por Ray (2004), superó la crisis, volvió al rodaje y terminó la película.

En De vuelta a la acción interpretan a una pareja de agentes de la CIA y la historia arranca con una espectacular secuencia en un avión digna de James Bond.

En realidad, toda la película es un guiño al agente 007, empezando por Andrew Scott, el actor inglés, último Tom Ripley, que en Spectre (2015) tenía un papel muy parecido al que interpreta ahora: un agente del MI6 con muchos secretos.

15 años después de ese momento en el avión, Matt y Emily, los protagonistas, se han retirado, son padres de dos adolescentes y viven en Estados Unidos. Es como recuperar a Bond varios años después de Sin tiempo para morir (2021), fuera del servicio y siendo padre de una niña de 15 años. Un personaje nombra a 007 y a Q, Matt dice que son como Jason Bourne pero sin amnesia, hay una espectacular persecución por el Támesis, como en El mundo nunca es suficiente (1999) y un fin de fiesta en el Tate Modern digno de una película de Bond.

En cualquier caso, lo mejor de esta película es Glenn Close, que interpreta a la excéntrica y dominante madre de Emily, una dama muy británica que vive en una finca llamada Fox Hound, no soporta los abrazos y las muestras de cariño y parece sacada de un episodio de la serie de televisión Los vengadores, una invitada especial en una de las aventuras de Patrick Macnee, Honor Blackman o Diana Rigg. La actriz se adueña de la función sin inmutarse. Ginny, como se llama la señora de armas tomar, también fue agente de la CIA, así que pone orden en el lío en el que se han metido su hija, su yerno y sus dos nietos.

A Glenn Close se le da muy bien interpretar a señoras de la aristocracia. Ella viene de ahí: su madre era Bettine Moore, una socialite prima hermana de Alessandro y Marina Torlonia. El primero se casó con la infanta Beatriz, hija del rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Alessandro y Beatriz son los abuelos de Alessandro Lecquio. Marina era la abuela de la actriz Brooke Shields. El abuelo de Glenn Close era el abogado y hombre de negocios Edward Bennett Close, casado con Marjorie Merriweather Post, considerada en 1914 la mujer más rica de Estados Unidos tras el suicidio de su padre, Charles W. Post, fundador de la empresa de cereales más grande del país, la Postum Cereal Company.

De vuelta a la acción (Back in Action) se puede ver en Netflix

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