Han pasado 15 años. Los que van de la serie Abuela de verano (2005) a Ramón y Ramón (2025). En medio, unas 25 películas, muchos cortometrajes (algunos producidos por él) y alrededor de 15 series para televisión. Álvaro Cervantes (Barcelona, 1989) es muy joven y a la vez todo un veterano. 15 años de carrera y parece que ha llegado su hora. Empezó 2025 ganando el premio de interpretación en el Festival de Málaga por Sorda, ex aequo con su amigo Mario Casas por Muy Lejos, y podría empezar 2026 con un Goya en la mano.

Una Road Movie para dos hombres perdidos
Nos encontramos con el actor con motivo de la presentación de una de las tres películas que ha estrenado este año. Ramón y Ramón es una road movie, la historia de dos hombres perdidos en la vida, sin rumbo ni futuro que en pleno confinamiento por la pandemia viajan por Perú en un trayecto interior y exterior que cambiará sus vidas.
En un panorama de ruido, con la cartelera inundada de blockbusters y con estrenos que se solapan a toda velocidad, Ramón y Ramón es una isla. Una historia intimista, de silencios y de miradas. Nada que ver con eso que comentaba M. Night Shyamalan hace poco refiriéndose a que todos los estrenos de los fines de semana parecen películas que ya existen.
En una escena clave, Ramón (el conocido actor peruano Emanuel Soriano) le pregunta a su vecino de apartamento Mateo (el personaje de Álvaro) si quiere acompañarle en ese viaje tan importante para él: llevar las cenizas de su padre a su pueblo natal. Mateo no contesta con un sí o un no. La escena se resuelve con un silencio y un primer plano de Álvaro.
“Es una película de personajes y en este caso, además, abre al público español la ventana a otro país, a una aventura, a conocer una nueva cultura, la peruana, y a la vez también te invita a mirar hacia dentro. Ese viaje en las dos direcciones es un poco el proceso que vive el protagonista, acompañado por Mateo. Al final uno traslada todo eso a su propia experiencia”.

Recomendado por El Deseo
Ramón y Ramón es el segundo largometraje del cineasta peruano Salvador del Solar tras Magallanes (2015). También actor en películas de otros, el director localizó a Álvaro Cervantes gracias a una persona clave en el equipo de Pedro Almodóvar. Esto tiene una explicación: El Deseo es coproductora de la película.
“Por lo visto fue Esther García (con Almodóvar desde los tiempos de Matador. 1986) quien les habló de mí. Luego me encontré con el productor de Perú, Miguel Valladares, y luego con Salvador, y me dijeron que les encajaba. Estoy profundamente agradecido a Esther, ella ya lo sabe porque se lo he dicho. Siento que realmente me ha hecho un gran regalo profesional y personal con esta película. Me ha permitido viajar a Perú, con un equipo de una calidad técnica, artística y humana extraordinaria, y haber vivido una gran aventura”.

Una imagen que te atrapa
El actor define a Salvador del Solar como un tipo brillante, muy inteligente. “Recuerdo que quedé con él y con Miguel Valladares, porque me querían contar la película antes de mandarme el guion. Ahí pude visualizar ese viaje y ahí surgió una imagen que me atrapó, una imagen faro que no vamos a desvelar pero que claramente sentí muy profunda. Tuve claro que quería estar y formar parte de ella. Luego leí el guion y se cumplió todo lo que me habían contado”.
Ramón y Ramón es una película de ensayos. Dos personajes frente a frente. Primero confinados en sus apartamentos por La COVID-19 que arrasó el mundo, lo que conecta esta película de una manera curiosa con la mexicana La huella de unos labios (2023). Ramón y Mateo son vecinos y entre charlas y porros se sumergen en una aventura exterior. “Con Salvador fue muy bonito trabajar durante los ensayos. Él tenía una cosa muy clara: una vez que el trabajo estaba sembrado, su idea era no ponerse en medio de lo que iba a pasar en la escena. Yo me lo apliqué a mi propio trabajo y ahora lo intento aplicar en mi vida. Se trata de soltar el control para que las cosas sucedan. Y el trabajo con Emmanuel fue ese, nos encontramos desde un lugar muy físico, escuchar sin palabras, acompañarse. Son dos desconocidos que se convierten en grandes amigos. Esto queda claro en esa imagen de la que te hablaba antes y que fue tan importante para mí. Además, Mateo es un personaje que está muy pegado a mí. Los dos viajamos a un país extranjero. Se puede decir que experimento lo que mismo que el personaje”.

El Deseo presenta
Este año El Deseo tiene dos estrenos. Ramón y Ramón y Sirat. No está mal la compañía. Tener detrás al equipo de Pedro Almodóvar (con su hermano Agustín a la cabeza y su cameo como padre de Mateo) es garantía, sin duda. “El Deseo es una productora que constantemente está a la búsqueda de grandes proyectos. La hemos visto crecer a muchos niveles, haciendo cosas muy diferentes, como ahora pueden ser Sirat y Ramón y Ramón. En cualquier caso, es un honor que hayan pensado en mí para interpretar al personaje español de la historia. Estaba deseando que ocurriera, poder viajar haciendo cine, además en castellano, en Latinoamérica. Es algo que quiero que vuelva a suceder porque personalmente me ha enriquecido mucho”.
Más allá de nuestras fronteras
Lo cierto es que no es la primera vez que Álvaro Cervantes sale para hacer cine. En 2011 viajó a Alemania para rodar Hannah, una de “acción delicatessen”, como la define el actor, dirigida por el inglés Joe Wright (Expiación, Darkest Hour) y protagonizada por Saoirse Ronan, Cate Blanchett y Eric Bana. Nada que ver entre una y otra. “Para empezar, por mi implicación, que ha sido mucho mayor en Ramón y Ramón. En Hannah tenía un personaje muy pequeño. Luego está el tamaño de la producción y el género. Con Hanna me asomé a lo que es una superproducción. No me ha vuelto a ocurrir y no sé si volverá a ocurrir”.
El actor recuerda otros rodajes fuera de España, como la serie en coproducción con Colombia El corazón del Océano (2014), “mi primera vez en Latinoamérica” o la coproducción entre Luxemburgo y Alemania titulada Maret (2023) dirigida por Laura Schroeder, “una directora muy buena, potente y sensible y con una actriz alemana que es una bestia, Susanne Wolff. No es tan fácil que te convoquen para coproducciones, pero cuando ocurre es una suerte porque el cine tiene mucho de aventura y como el proyecto implica viajar la aventura se convierte en total”.
Y el Goya es para…
Álvaro Cervantes ha estado nominado al Goya en dos ocasiones. Como actor revelación por El juego del ahorcado (2009), su debut en el cine, y como actor de reparto por Adú (2021). Muchos piensan que este será su año y que por Sorda tiene asegurada una candidatura al Goya. También es verdad que no conviene precipitarse. El universo de los premios está lleno de favoritos que se quedaron a cuadros. “Queda mucho año y muchas películas por estrenar. Me quedo con que estoy muy contento con las películas que he estrenado este 2025. Las tres son muy diferentes, con personajes que me han aportado cosas muy distintas. Si te digo la verdad me parece genial que este se perciba como un buen año de trabajo para mí, pero lo cierto es que cada vez que estreno una película ya me siento un afortunado”.
En cualquier cosa, un Goya siempre es bienvenido. “Te mentiría si te dijera que no le doy importancia. Al final es un reconocimiento de la industria. El deseo de ese reconocimiento siempre está, pero hay que mantenerlo a raya. Que no ocupe mucho espacio. Está bien tener ambición pero que no ocupe más sitio en tu mente que el que debe tener. Eso de soltar el control que te comentaba antes, algo que estoy trabajando como actor, también es importante aplicarlo en el marco de la industria porque al final son cosas que no dependen de uno”.
En Perú aprendiendo el lenguaje de signos
Álvaro nos cuenta que rodó muy seguidas Ramón y Ramón, Sorda y Esmorza amb mi, sus tres películas de 2025. Sorda fue la que le exigió un proceso de preparación más largo porque tuvo que aprender el lenguaje de signos. En medio de ese desarrollo aparecieron los otros dos proyectos y los aceptó, algo que no suele se habitual en su carrera. “Soy reticente a enlazar un proyecto tras otro, pero después de todos estos años de oficio he aprendido a medir y a saber a lo que puedo llegar y a lo que no. Era importante seguir manteniendo la preparación de Sorda. Estaba en Perú y en los días libres en el hotel seguía dando clases on line con los profesores de lengua de signos. En este caso sabía que podía llegar a todo”.
Ramón y Ramón se estrena el 27 de junio en cines