20 razones para ver No hables con extraños, la mejor película de terror en lo que llevamos de año

Porque su director es el inglés James Watkins, responsable de dos de las mejores películas de terror de los últimos 20 años: Eden Lake (2008) y La mujer de negro (2012).

Porque Watkins ha dicho que tenía ganas desde hace tiempo de volver al terreno de Eden Lake y con esta película ha cumplido su deseo. Y eso son palabras mayores. Watkins define ese “terreno” como “terror social”, porque explora el conflicto intergeneracional, los miedos de clase y los ciclos de violencia en la sociedad.

Porque detrás de la película está Blumhouse, la productora que lleva dos décadas ofreciendo cine de terror del bueno, enfoques inéditos y cualquier forma de manifestación maligna posible.

Porque a todo el mundo le puede pasar lo que a la pareja protagonista… sin llegar tan lejos. La película es un remake de una cinta danesa, y el director de esta, Christian Tafdrup, reconoce que la historia está inspirada en experiencias propias. Mientras estaba de vacaciones en la Toscana con su esposa, se hizo amigo de una pareja holandesa. Aunque eran un poco pesados, se llevaron muy bien y, una vez regresaron a casa, Tafdrup recibió una invitación de esta familia para ir a los Países Bajos. Lo consideró un instante, pero decidió que no era buena idea porque en realidad conocía poco a esas personas; La historia para la película surgió cuando dio rienda suelta a sus fantasías más oscuras sobre lo que podría haber sucedido de haber aceptado (aunque sostuvo que la pareja holandesa original nunca había emitido malas vibraciones). En este remake, las nacionalidades de las dos familias han sido cambiadas a estadounidense y británica.

Beatriz Sequeira, que supervisó la producción de la cinta en nombre de Blumhouse y es una gran fan de Eden Lake, también tiene cosas que contar: “La primera vez que leí el guion de James me acordé de unos amigos neozelandeses a los que conocí en un viaje a las Fiyi que vivían en una granja ganadera. Siempre había pensado que podría ser divertido ir a su casa a visitarlos para conocerlos mejor. Pero lo primero que pensé después de leer el guion fue: “Ahora ni se me ocurriría hacerlo”. Eso te puede dar idea del miedo que me hizo sentir”.

Porque el director nombra como fuentes de inspiración las películas de Michael Haneke y Ruben Östlund; El graduado (1967), de Mike Nichols; Perros de paja (1971), de Sam Peckinpah; Defensa (1972), de John Boorman; y la serie The White Lotus.

También para reírnos, ¿por qué no?, aunque sea con una risa incómoda. Como dice Watkins: “Hay mucha ironía en el modo en que la película invierte los estereotipos de británicos y americanos. A menudo, presentamos a los británicos como gente reprimida y a los estadounidenses como más directos y claros hablando. Siempre ha sido un cliché simplista, porque siempre ha habido un tipo concreto de británico como Paddy, que dice lo que piensa, y también estadounidenses muy reprimidos, y una clase de humor británico que tira mucho de decir las cosas que nadie dice, cosas que los americanos nunca dirían. En cualquier caso, me pareció que todas estas confusiones por cruce de nacionalidades serían un buen ingrediente para este caldo de cultivo de ansiedad social que quería generar”.

Porque volvemos a ver al inglés James McAvoy desatado en su faceta más psicótica, la que ya vimos cuando interpretó al trastornado Kevin Wendell Crumb en Múltiple (2016) y Glass (2019).

Porque suena la canción Eternal Flame, que suele dar muy buen rollo, aunque en esta ocasión lo que produce es una inquietante sensación de incomodidad. El famoso tema no tiene la culpa, la tiene Paddy, es decir, James McAvoy, que la canta mientras conduce. Ben Dalton (Scoot McNairy), que va de copiloto, no puede estar más perturbado.

Porque puedes ponerte en el lugar de la pareja protagonista. Sobre todo en la escena cuando reciben la invitación para viajar a Devon a la granja de Paddy (James McAvoy). Entonces Louise (Mackenzie Davis) le pregunta a su marido Ben (Scoot McNairy): ¿No es demasiado tiempo con gente que apenas conocemos? Esa es la frase clave de todo este terrorífico asunto. Toda la trama se sustenta sobre esa pregunta. ¿Nosotros qué haríamos?

Como dice James McAvoy: “Al leer el guion, lo que me mantuvo enganchado desde el principio es que estos personajes parecían gente real y que estaba basado en experiencias que podíamos reconocer en el mundo real”. La actriz Aisling Franciosi remata el tema: “La película es aterradora porque la historia y la forma de contarla hacen mucho hincapié en transmitir que todo podría ocurrir de verdad. Ser testigo de eso resulta perturbador, pero no puedes evitar querer seguir mirando”.

Para disfrutar, es un decir, de la granja de Paddy y Ciara. Tras estudiar decenas de opciones, los cineastas eligieron una granja en una amplia y apartada propiedad cercada en Gloucestershire (Inglaterra). La casa principal tenía 400 años de antigüedad y contaba con estructura de madera y paredes de piedra. En los establos había un sótano perfecto para las escenas que transcurren en el almacén subterráneo de Paddy. Watkins afirma que le gustó el modo en que, juntas, estas edificaciones “creaban una especie de patio cerrado que podía resultar tan protector como claustrofóbico, evocando el torreón de un castillo medieval o el patio de una cárcel. Era perfecta: idílica y siniestra a la vez”.

Para recuperar la mejor esencia del cine de terror de toda la vida. McAvoy lo explica mejor: “Si hay algo propio del cine clásico de terror en esta película es que el público querrá gritar a los personajes: ¡No vayas por ese pasillo oscuro! pero sin poder evitar dejarse arrastrar.

Para ver a la actriz canadiense Mackenzie Davis otra vez en plan heroína, aunque esta vez más terrenal y maternal. Ver a la protagonista de Terminator: Destino Oscuro (2019), Otra vuelta de tuerca (2020) y la serie Halt and Catch Fire (2014-2017) cada vez más incómoda con la situación que se ha creado en la granja de Devon. “No me siento muy a gusto con ellos” dice la mujer.

Watkins dice de su actriz que en esta película tiene “una fragilidad y un poder en pantalla que me recuerdan a la joven Jeanne Moreau a ojos de Louis Malle”.

Para ver en acción al gran Scoot McNairy, al que hemos visto en el cine en Argo (2012) y 12 años de esclavitud (2013) y en la televisión en True Detective y Narcos: México. Interpreta a Ben, un hombre confundido y resentido que es una víctima fácil, ha perdido el trabajo y la confianza, y está tratando de encontrarse a sí mismo. Entonces conoce a Paddy, con su personalidad expansiva, tan seguro de sí mismo, que pesca, caza y hace todas esas cosas campestres y masculinas que Ben no hace.

Los Dalton van pasando de una situación rara a otra, pero no dicen nada ni toman ninguna decisión, es como si estuvieran atrapados por una fuerza que no pueden controlar. Y eso nos lleva a uno de los thrillers de misterio más perturbadores de la historia del cine, El placer de los extraños (The Comfort of Strangers) (1990).

Para ver a la actriz irlandesa Aisling Franciosi emulando de alguna manera a Helen Mirren en El placer de los extraños. Ciara, su personaje, tiene una personalidad cálida y acogedora, suaviza las aristas de su marido y ayuda a que sus víctimas muerdan el anzuelo. “La primera vez que leí el guion me descubrí retorciéndome de angustia por la incomodidad de las interacciones entre las dos parejas y luego horrorizada, a medida que la historia se tornaba en una situación pesadillesca. Me encanta cómo Ciara se muestra de una forma, cuando resulta que por dentro es de otra bien diferente. Se presenta como una mujer muy cálida y totalmente inofensiva”.

Por la escena del baile que hacen los niños. La tensión va en aumento hasta que se hace insoportable.

Como en toda película de terror rural que se precie, hay un granero y un sótano donde se guardan demasiados secretos y demasiadas tragedias. Y está fotografiado por Tim Maurice-Jones, que ya había rodado con el director La mujer de negro y un episodio de Black Mirror. Su inspiración fue Fargo (1996) y Tiburón (1975) y las películas de Michael Haneke y Stanley Kubrick.

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